Veamos cómo han cambiado las vacas y la huella de carbono que dejan. En mi infancia recordaba a las vacas en un valle suizo verde lleno de flores, ríos azules y montañas con bosques y que daban leche para mezclarla con chocolate y me imaginaba, inocentemente, las tabletas de chocolate.

Más tarde empecé a relacionarlo con estar sano y crecer tomado leche todos los días. En la tele, salían anuncios con un ganadero que sonreía orgulloso de su vaca y la vaca sonreía feliz de su prado verde, seguramente gallego o asturiano.
Con el tiempo y los amigos, relacionaba comernos un chuletón, como el mejor banquete en nuestra quedadas.
Pero hoy ha cambiado. Tristemente los ganaderos ya no son felices, abandonan el medio rural por los bajos precios, las vacas no sonríen amontonadas en naves industriales en macrogranjas, los prados verdes están llenos de purines que no son capaces de absorberlos y terminan en los acuíferos, los bosques son talados para poder cultivar el alimento del ganado.
En España tenemos macrogranjas con 5.000 cabezas, otras de 20.000 y se quiere construir una de 50.000) el ganado y su cultivo son las responsables del 19% de 51.000 millones de toneladas de CO2/año en el mundo, siendo la ganadería el 5º responsable de las emisiones de CO2 generadas por de los excrementos y eructos del ganado.
La solución, como en otros casos, es recuperar los hábitos correctos anteriores.
Limitar el tamaño de esas granjas para que puedan estar distribuidas por las poblaciones.
Recuperar la cría por ganaderos rurales y que pueda ser su principal ingreso para la economía doméstica.
Recuperar la vida rural donde las vacas puedan disfrutar de espacios abiertos y los habitantes disfruten servicios en los pueblos. Y cultivos de forrajes que reducen las emisiones.
Y ¿ en que podemos ayudar nosotros desde la ciudad?, …. pues sencillo, informarnos y solicitar a nuestro supermercado o carnicero que nos de carne sostenible y de cría cercana para evitar más desplazamientos, como por ejemplo carne de Brasil que viene en avión lanzando más emisiones. O con sello de calidad y origen como “La carne de la sierra de Guadarrama”.
También podemos sustituir parte de la proteína que ingestamos para que no sea de origen industrial, dejar en paz las vacas y reducir la huella de carbono.
Seguro que pronto volveremos a ver a nuestras Vacas sonreír en un monte verde lleno de flores y con ríos azules.
Llamada a la acción:
Escríbenos sin compromiso a hola@muysostenible.com, para que te expliquemos más sobre hábitos que reducen tu huella de carbono al tiempo que reducen tu facturas, queremos ayudar a mejorar el ahorro doméstico y el correcto uso de los recursos.
Realmente es muy importante la alimentación y no solo por las emisiones que debemos evitar sino por que la perdida del medio rural provoca más desigualdad y mas aglomeración en las grandes ciudades. Hoy este es otro problema de España que se resuelve recuperando poblaciones, creando puesto de trabajo o incluso con inversión por cuenta propia en la que llevar a cabo proyectos como las granjas respetuosas con los animales y su entorno, pero es importante que cada uno de nosotros lo deseemos y estemos dispuestos a pagar por calidad que a la larga es salud.